Cuento

El cuento

El cuento bajacaliforniano es el resultado de la evolución de la crónica virreinal, los diarios de viajes y los artículos de costumbres del siglo XIX. En el siglo XX, se apoya en la leyenda popular, la viñeta, la pintura de tipos y atmósferas localistas, la narrativa testimonial y las crónicas periodísticas. El cuento contemporáneo surge a partir de la década de los ochenta, el momento de más abundancia y novedad de colecciones de cuentos. Estas recopilaciones presentan un gran rigor técnico y mayor aliento temático.

El cuento contemporáneo bajacaliforniano

Para Humberto Félix Berumen, el cuento contemporáneo se puede ubicar a partir de 1982, un año decisivo por la aparición de dos libros: De infancia y adolescencia (Rosina Conde) y Fuera del cardumen (antología que incluye a Virginia González Corona, Daniel Gómez Nieves, Luis Humberto Crosthwaite, Jesús Guerra y Jorge Raúl López Hidalgo).

Los más sobresalientes cuentistas anteriores a 1982 fueron Luis Basabe, María Luisa Melo de Remes y Olga Vicenta Díaz Castro y Olga Vicenta Muñoz.

Características principales del cuento contemporáneo

Propósito: incentiva la preocupación por la literatura de intención social, pero abandona el tono propagandístico, sin tesis explícitas, sino focalizadas en los personajes y diseminadas en la anécdota y la atmósfera del cuento.

Temas:

  1. Registro de la realidad fronteriza desde una relación vivencial, no tan sólo como expresión política o sociológica. Se rechaza un imaginario de identidad fronteriza colectiva.
  2. Trazo de una situación psicológica límite dentro de una propuesta existencialista. Las expectativas fluctúan entre la frustración y la carencia de deseo y la aspiración a formas alternativas de sobrevivir o de trascender.
  3. Presencia de los discursos de contracultura como lenguaje e ideología generacional: el culto del rock, del cine norteamericano, de la producción cultural popular y masiva mexicanas.
  4. Conciencia de solidaridad ante la lucha de derechos de la mujer.
  5. Humberto Félix Berumen reconoce: «el doloroso testimonio de la violencia urbana» como rasgo definitivo.

Tono: acude con frecuencia al sentido de parodia postmoderna, al pastiche, a un sentido lúdico del humorismo, en ocasiones un humor ácido y brutal. Se transgrede la realidad y la verosimilitud con fantasías apocalípticas o premonitorias. Se refleja lo real a través de espejos deformantes, de antiutópico

Atmósferas: espacios opresivos, decadentes; en lo psíquico recrean estados anímicos o mentales complejos, anómalos.

Personajes: surgidos de las zonas urbanas marginales, de mundos periféricos. En su elaboración se buscan los trazos memorables, sorpresivos, impredecibles, contradictorios, fluidos. Hay más interés por crear caracterizaciones psicológicas, en lugar de circunscribir a los protagonistas, a actores o parte de una escenografía pintoresca, como ocurría con las generaciones anteriores.

Recursos narratológicos: Según Humberto Félix Berumen, buscan que «en la trama haya presentación de conflictos que no conducen necesariamente a una solución o a un efecto final. Evitan lo tremebundo y finales efectistas. Se cuidan la coherencia y la verosimilitud de la trama. Se insiste en cuestiones tales como técnica literaria, atmósferas, sintaxis narrativa, punto de vista… Y si bien la redondez de la anécdota sigue siendo la preocupación central, es también el vehículo que permite la exploración formal y estilística».

Lenguaje: búsqueda de la integración de los códigos lingüísticos del habla popular, la jerga de barriada, la experiencia dialectal fronteriza, el lenguaje cinematográfico. Establece un diálogo de homenaje y cuestionamiento con las formas de expresión de la literatura de La Onda y de la narrativa capitalina testimonial.

 

 

Ver: Humberto Félix Berumen. Cuento contemporáneo de Baja California Mexicali: UABC, 1999.

—–Identidad (suplemento cultural de El Mexicano) 30 de abril, pp 2-3; 6 de mayo, pp